A mi amiga Ka.
Siento que me sobra el cuerpo.
Las mangas de piel
sobrepasan mis manos,
como una gran blusa
heredada de los antepasados.
Siento que me sobran los codos,
cuando el peso del vivir
no me deja abrazar el amanecer.
Y el canto de los pájaros no es canto,
es llanto de noche triste.
Y el aroma a café no huele a Paris,
sino a embriagados que intentan
esfumar sus desdichas.
Siento que me sobran los dedos,
seres aislados, inservibles.
No acarician, no palpan
la rugosidad de las orugas.
En el silencio, solo descubren
el frío de otros dedos en la bruma.
Siento que me sobran los cabellos.
Se han convertido en lanas
indomables, en desorden de ideas
que se disparan al aire.
Ya no son seda de caricia,
irrumpen sobre mi rostro
sin dejar navegar a mis ojos.
Siento que me sobran las palabras;
es el ahogo hecho silencio.
No hay significados para decir
lo que tengo entre los huesos.
Los versos ya no son románticos
placeres en papel perfumado.
Siento que me sobra el cuerpo.
La casa es muy pequeña;
no hay cobijo ni abrazo suficiente
para paliar el dolor de estar vivo.
lunes, 6 de agosto de 2007
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3 comentarios:
Oye eso está buenísimo, aunque bien darkie. O sea, muy heavy. Espero leer pronto algo igual de bueno pero en un color más claro. Te mando un abrazo. Y porfavor elimina el comentario del brasileño imbécil vendedor de camisetas.
Llegue siguiendo a Manolo... y me encontré con una Montaña de Versos... el cuerpo a veces sobra es cierto... hay días que quisieramos dejar lo vivido suspendido... pero hay también momentos en que cada articulación es el engranaje de una máquina más grande... y sentimos la conexión deste cuerpo viejo con "las cosas"... a veces basta la mirada de un hijo... o los ojos detrás de algún beso...
Me encantó lo que leí!
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