lunes, 21 de julio de 2008

Érase una vez...

Se cuenta una historia,
de bar en bar,
de abrazo en abrazo.

Se cuenta esta historia,
desde que el ojo se clavó
entre la mirada del otro.
Un ojo negro y desnudo;
quería recocijo y otras cosas, quizá.

Desde un primer piso,
hacia el segundo,
se vieron besados los labios.

Y en un destello, el arribo a la cama,
para finiquitar el duelo.
El ojo miraba atónito,
entre sus propias tinieblas del olvido.
Y resbaló por caracolas
con risas y gemidos de arte.

Cuánto pasó en tiempo
fue mucho.
Tanto y tan ansioso el delirio,
del encuentro de un par de lenguas
perdidas no solo en la noche.

Y el ojo abrió su parpado falso
para no ser descubierto.
Pero las flores rojas de sueños
lo descubrieron a él al florecer.

Algo se vislumbró entonces de sus versos.
Quiso el ojo nuevamente
ocultarse, perderse en otras nucas,
arrancar de la vida
para no sentir, no doler, no llorar.
Pero las rojas se le presentaban en cada
rincón de la casa;
aparecían como sonrisa,
como el deseo ardiente de perderse
otra vez en su pecho.
De ser descubiertas las carnes,
la sangre viva, la humedad tibia.
De cantar en rima sagrada la nota feliz,
cual ancestro que eleva su alma.

El ojo renacía del cansancio:
había sido liberado de su propia
cárcel de sentidos.

domingo, 27 de abril de 2008

Fragmentos de domingo

I.

No sé si me revuelve el estómago
por el mango sour y la copa de vino tinto,
o por escucharte indiferente, acompañado,
al otro lado de una fría línea telefónica.

II.

Y como estamos en una era cibernética,
te borré del registro del celular
y del mail.
Espero borrarte ahora de mis recuerdos.
(necesito renovar el chip).


III.

Decidí hacer un cambio justo:
yo me olvido de tu existencia,
y tú te quedas con tu nuevo amor.

IV.

Ya la música me ha puesto melancólica.
pero debo aguantar en silencio
(cierto que borré del celular tu teléfono,
y buscarlo en la agenda resulta arcaico y demodé).

V.

No comprendí antes, menos ahora.
Es tiempo de dejar que la lluvia
lave las heridas y se dejen lamer
por alguna otra bestia hambrienta.

domingo, 23 de marzo de 2008

Mierda

La cosa es bien simple.
Una mierda. Todo y nada,
porque no tengo conciencia de la existencia.
Estoy envuelta en frazadas viejas,
dentro de un espiral de caracol.

Una mierda es mierda, en todo
aunque no quisiera.
y aunque me duele decirlo,
están todos ahí engarzados:
la amiga, la no tanto, el ex,
el medio actual,
el que se quedó con su vida,
el que empezó otra como si nada.

La abuela de bastón,
la vecina, vieja bastarda.
El barrendero, la de abajo,
el que va arriba,
el que dice que ama
(el tiempo que dura,
mientras se pierde babeando
en la mirada estúpida de una mujer).

El cabrón de la esquina,
la que nos cobra lo adeudado,
el que sonríe y dice que te apoya.
Que te vaya bien,
un gusto, que pase la siguiente.

Una mierda, esto de estar en todas partes,
y en ninguna, tan lejos del todo,
sin entender ni a medias qué cresta
significa lo contrario.

viernes, 7 de marzo de 2008

A koe

Tu cabello que despierta
en perpetuo desorden, adorado por el viento,
traspasado por las olas
que te envuelven.

Tú, que caminas en movimientos circulares,
con un par de hombros semejantes al árbol.
En el ritmo despierta tu pelvis
de espíritu gris y negro.

Cuando en un abrazo
sumergiste tus labios tersos
en mi cuello, que mostró dolores,
manchó tinieblas,
lloró con el instinto acabado.

Tú, llevas la marca de la vida
en tu sonrisa.
La marca de la muerte en tu brazo,
la huella de mi sangre entre tus piernas.

Humedeces mi mirada,
en tu pecho me deslizo.
Penetro en los rincones.
huelo las frutas del camino.

Tú, que el gemido liberaste,
con olor a miel y flores.
Un poco de sal, roca y volcanes.
y el viento que confunde
nuestros cabellos.

En lo alto del sitial de ceremonia,
alcanzaste el huevo original.
En un instante lograste revivir la magia
del instante: piel con piel, alma y fuerza;
unidos por un océano innombrable.

MUJER

Maquillas con tu sonrisa
el cielo que se duerme en tempestades.
Dibujas en torno a un abrazo
un par de líneas curvas
que simulan tus caderas.

No es la forma, ni la sinuosidad
del péndulo que asciende
lo que respira la hoja del árbol.

Es tu pecho abierto
que peina con sus caricias
la piel morena de las rocas.

jueves, 31 de enero de 2008

Tercera dimensión

Me han dicho que
soy una mujer 3B:
bonita, brillante y buena.

Prefiero cambiar el final
por bataclana.
Va más con las plumas,
las pestañas, el Vox,
el mariconeo in the corner.

La soledad de las piernas,
la sonrisa detrás de una máscara,
entre las cortinas del escenario.

Va más con el labio pintado,
de rojo carmesí, sangre, sufrimiento,
sal y dolores.

Me han dicho otros
que soy mujer 3 A:
atractiva, alegre, amistosa.
Prefiero acosadora, o arrebatada, o aleonada,
aleopardada, agatada, a gatas,
de espalda, arriba, abajo, de lado,
de pie, sentado, en cuclillas,
postura del pez,
del zorro,
del pájaro en vuelo,
¡De todo el reino animal!

Soy a veces mujer a medias,
3 L: libre, lola, lesbiana (semi).
Más libertina, leoparda, y lesbiana no semi,
(sobre todo por el hielo que hice recorrer
por su espalda).
Lo de lola en un bar gay,
acosada por el único hombre del lugar.
Lola sobre un par de tacos,
de una tienda de transformación en Miami.
Libre todo el intento posible,
de sueños, de grises y arcoiris.
Libre para besar, para tomar y coger,
libre para gozar y no esperar nada.

Están los que me llaman 3 R:
rica, rica y más rica.
Esos ya me aburren,
quiero algo original.
Algo como rica pa comerte con papas fritas,
o pa que te subas, bajes, chupes, muerdas.
Rica para follar la noche entera,
con un sombrero de testigo,
en medio de la ropa interior.
¡Eso sí que es original!
(él creía, él cree).
Mejor dejarlo en
risueña, re- simpática,
re corrida, para recorrer juntos
el camino de vuelta a mi casa.

A veces me despierto y creo ser 3 P:
perfilada (lo dijo un imbécil),
princesa (eso lo dijo un príncipe),
puta, la más Profesional y Puta de todas
(eso lo dijo un Puto también Profesional).
Me gusta lo de puta, a patadas.
puntadas, a puntapiés, en medio de la pista de baile,
con el vestido cayendo de la cadera,
rozando los cuerpos humedos
de cuantos sean hombres, maracas, mujeres,
altos, pasivos, modernos, infames,
asustados, excitados, infiltrados,
transformados o sufrientes.
En medio del olor a sudor,
en medio de la noche,
cuando el maquillaje se ha corrido
y se ve la mueca detrás de una mirada.
Lo Patético de la hora de salida,
para otros, de entrada a la cama.

Hoy voy a jugar con el abecedario y ser
3, 4, 8, 90 y 100000:
apasionada, brillante, cachonda, chúcara, divertida, ególatra/enamoradiza/empeñosa, fanática, grandiosa,
hetero (con tendencias
renovadas), inteligente/imposible/insatisfecha, juguetona,
Karretera, luminosa, llenadora, magnífica,
noble, open mine, putita (en la cama y dama en la mesa),
¡Qué mejor!, riquísima, santísima/satanísima,
tierna, tramposa trajinadora, ufana,
vanidosa, vaticinadora,
wena, yo, zebra de zeta blanca.

Una gota de sal

La lágrima duró más de mil horas.
Sentí cómo nacía en los dedos de los pies,
y luego avanzaba por mi cuerpo,
recorriendo cada arteria,
para finalmente estacionarse en la garganta
y originar un enlazado de dolor
que atragantó mi suspiro.

martes, 8 de enero de 2008

Dictatum

Con fecha 8 de enero de 2008 se establece en este reino la siguiente ley:
“No se dejará entrar en los aposentos de la princesa heredera a ningún representante del género masculino que tuviera claras intenciones de menoscabar a su majestad. Quien se atreviera a hacerlo, sufrirá el castigo más indeseable: la indiferencia”.

Misiva post-romántica

Mi queridísimo Gabriel: Me da alegría poder escribirte para pedirte que no me busques ni llames más. Tu perfomance en la cama fue tan deficiente como tu previa conversación, lo que obviamente no me deja más opción que olvidar tu ridícula existencia.

Sobre azul

Señorita H:

Por la presente carta
-misiva, disparo certero,
estocada por la espalda-,
quisiera comunicarle
que, en mi calidad de gerente
-abusivo, jote de mala muerte-
desde hoy
cesan sus funciones en la empresa
-nido de buitres calientes-

Le agradezco su constante esfuerzo
-en la cama-, para con nuestra institución.
Estamos seguros de que su futuro será promisorio
-habrá que acostarse con varios más para ello-.

Terminó la función

Miro a través de la ventana.
La cama aún está deshecha;
conserva el aroma de tus besos,
y el recuerdo de un tatuaje
en la espalda.

Están marcados los suspiros
a fuego en la almohada.
El color de tu piel quedó reflejado
para siempre en el espejo.

Miro y veo mi cuerpo
como si estuviera volando
entre manzanas rojas.

Entonces corro la cortina,
sumo en penumbras mi habitación
y la cierro herméticamente,
como una gran caja mágica de la nostalgia.