Un par de abrazos,
Casi al momento de la muerte.
Un par de suspiros siniestros,
Mientras la vida se va entre los dientes.
Nada fue y nada vale.
Es el instante hecho cenizas,
La luz que se apaga
Mientras se llega al infierno.
La soledad de dos cuerpos
Que se alejan,
El sudor cubre las sinuosidades,
Para luego correr en gotas de ocaso.
Nada fue y nada vale.
El ser consciente de la inexistencia,
De la soledad entre sábanas,
Del silencio del pétalo
Marchito.
Un par de abrazos,
un par de sonrisas,
y el adiós doloroso
de la noche.
Cada día,
El dolor de la mueca silenciosa
Que se avecina rauda a través del viento.
Me dice que así es la vida,
La elegida, marcada a fuego.
Que no insista.
No hay cambio
En el destino inexorable.
lunes, 31 de diciembre de 2007
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