Ven, que quiero tu destrozo.
En esta noche blanca, me inmolo,
con la piel expuesta a tus mordidas,
esperando el cuchillazo por la espalda.
Te invito a que una vez más
me goces, me adores solo el intante
que duran las sábanas.
A que me mires como si fuera
la virgen del cerro,
como si de pronto me imaginaras de vieja.
Ven, juguemos otra vez.
Tú haces como que me quieres,
y yo, como que te creo.
lunes, 31 de diciembre de 2007
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