Individuo 1: ocho años, dos hijos, silencio, aburrimiento, hastío. Abandona a la mujer ardiendo en su cama, la envejece. Se contenta con imágenes virtuales, se autocomplace escondido en una biblioteca inmunda. Cuando ella casi muere, pide información exacta, matemática: "¿Cuánto te duele?".
Individuo 2: dos meses y medio, no hay descendencia alguna (aunque al parecer, le gusta la práctica), palabras, entretención, asombro. Toma a la mujer cada vez que ella lo pide -que es siempre y coincide con sus propios deseos-, la vuelve hermosa en cada rapto. Se satisface con el placer que emana de sus labios, la complace con dulzura y pasión desbordada. Cuando ella casi muere, no pregunta nada. Simplemente, actúa.
Individuo 2: dos meses y medio, no hay descendencia alguna (aunque al parecer, le gusta la práctica), palabras, entretención, asombro. Toma a la mujer cada vez que ella lo pide -que es siempre y coincide con sus propios deseos-, la vuelve hermosa en cada rapto. Se satisface con el placer que emana de sus labios, la complace con dulzura y pasión desbordada. Cuando ella casi muere, no pregunta nada. Simplemente, actúa.
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