Me obsesionan las ventanas. De esas que se alumbran cuando comienza a caer la tarde y detrás de ellas surgen formas fantasmales. Entre ellas descubro a una abuelita tejiendo en su mecedora, a la enfermera curvilínea que la cuida, a su hijo que coquetea con la enfermera... Descubro mundos detrás de un vidrio. Mundos silenciosos y en movimiento. Soy una voyerista del silencio y de los rostros desenmascarados.
sábado, 14 de julio de 2007
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